domingo, 17 de septiembre de 2017

Las alternativas democráticas que siempre pierden en Colombia

Resultado de imagen para al pueblo nunca le toca

Observar los candidatos que en las últimas elecciones presidenciales se han presentado como alternativas a la clase política tradicional en el poder, ratifica que la frase de Alvaro Saloom Becerra nos pesa como un lápida: "Al pueblo nunca la toca".

Pero no es solo porque la derecha sea fuerte electoralmente, es porque las "alternativas" se presentan como una voz alterna a las necesidades del pueblo que nunca escuchan.

Observemos que se nos ofrece para las elecciones 2018:

Por un lado está Claudia López quien se presenta por la "Alianza Verde", una corriente de "centro" en un país de extremos que además busca "jubilar para siempre la vieja clase política", frase tan trillada y vieja como esa clase política.

La apuesta de Claudia López es una pirueta al vacío, no se puede ocultar que este es un país homofóbico y que su condición sexual será su principal talón de Aquiles, hay que ser muy romántico o ingenuo para creer que sus contrincantes no utilizarán su condición de manera rastrera para minimizarla. 

Los verdes no salen de la experimentación democrática, ya conocen el fracaso de Antanas Mockus a quien el país desconoció como un gran ser humano y se dejó manipular por la imagen del caudillo.

Petro es lo que se puede denominar un "caudillo de izquierda", su imagen de senador que le abrió los ojos al país se ha ido perdiendo luego de su paso por la Alcaldía de Bogotá, el segundo cargo más importante del país, donde duró más haciendo proselitismo y victimizandose de la clase política que gobernando, lo que no lo deja con un buen referente.

A Petro se le olvida que una cosa es Bogotá donde se puede hacer proselitismo con todos los pobres juntos que Colombia donde los pobres están dispersos a manos de caciques politiqueros que le impiden a sus votantes ver más allá de las tejas que regalan. Ya Uribe comenzó a atacarlo recordándole su cercanía con el Chavismo.

Sergio Farjardo con sus mapas mentales para explicar sus estrategias de campaña se le olvida que en Colombia no deciden los intelectuales. 

Su campaña está orientada a personas con criterio las cuales son cada vez menos, su imagen de Alcalde de Medellín y Gobernador de Antioquia no le funcionará, más se demorará en subir en las encuestas que la derecha decir que es un "matemático" para que los votantes lo rechacen por el recuerdo de sus malos años de colegio.

Los demás candidatos no son para nada alternativa, todos son o fueron parte de gobiernos corruptos, ya fueran por acción u omisión, como ocurre con Juan Manuel Galán cuya familia ha vivido de la imagen del mártir o Viviane Morales que espera la bajada del espíritu santo para gobernar mientras odia a las "familias disfuncionales".

Las elecciones del 2018 no serán más que otra masacre de nuestros valores sociales, nos dividirán más, eso lo sabe bien la derecha que se unirá alrededor de Vargas Lleras para mantener su estatus quo.

Todos los partidos, independiente de su ideología juegan en el mismo campo y todos con la misma estrategia: Generar miedo, el mismo miedo que le ha permitido a los poderes permanecer en sus privilegios, como ocurre con las iglesias.

En estas elecciones ganará el que logre vender mejor el cuadro apocalíptico de nuestra realidad.

Este es un ejercicio de mi formación como sociólogo.
Fabio Alberto González Salgado
www.fabioalberto.com 





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